Charlie Concordia Récif: el compañero desenfadado del océano
Como ya he comentado en varias ocasiones no todos los relojes requieren complicaciones o largas historias para conquistar nuestra muñeca, y menos en verano. A veces solo necesitamos algo bonito, resistente, cómodo y fiable, que combine con sal, arena y sol. Y el Charlie Concordia Récif encaja bastante bien con ese espíritu que pide el verano.
Charlie Paris: relojería francesa con propósito
Charlie Paris fue fundada en 2014 por Ambroise Parlos y Adrien SangléFerrière. Su misión: hacer relojes elegantes, funcionales y asequibles diseñados y ensamblados en Francia, sin intermediarios, priorizando calidad y ética local.
En sus inicios, la marca se enfocó en el diseño, con piezas más minimalistas y estéticamente limpias, dirigidas a un público joven e interesado en la estética más que en la mecánica. Pero con el tiempo, un propósito claro y manteniendo siempre esa línea visual sobria, fueron evolucionando hacia una propuesta más sólida desde el punto de vista relojero.
Ese proceso culminó en 2018 con el lanzamiento de la colección Concordia, concretamente del Expedition Automatique, un reloj automático diseñado en colaboración con el explorador Matthieu Tordeur, quien llevó esta pieza en su travesía en solitario desde la costa del antártico hasta el Polo Sur. Durante más de 1150km y 51 días tuvo que aguantar temperaturas de -37º y condiciones extremas en total autonomía.
Desde 2019, todos los relojes de Charlie Paris se ensamblan en sus propios talleres en París, lo que consolida su compromiso con su tierra natal y con un modelo de relojería más responsable.
Concordia Récif: del polo sur a la costa Francesa
Y pasando del frío al calor, en este caso no vamos a hablar de un reloj para cumplir hitos extremos, pero si de un reloj para usar sin pensar en estas vacaciones de verano, tanto si estamos tomando una cerveza en una terraza como si queremos ir a bucear o surfear.
A nivel técnico estamos ante un reloj Resistente. Con acero 316L, corona roscada (con detalles del mismo color que la esfera), fondo atornillado y hermeticidad de 300 m. Para rematar un cristal de zafiro “domed” antireflectante de 3mm de espesor. Normalmente no confío mucho en la hermeticidad de relojes que no tienen trasera roscada, pero el reloj tiene certificación para ello, por lo que no puedo decir nada.
El reloj viene equipado con un calibre Seiko VH31 mecaquartz, combinando precisión con una aguja segundero sweeping de movimiento fluido que recuerda al de los relojes mecánicos.
La caja es bastante compacta, 38 mm y 11 mm de grosor, y las asas redondeadas maximizan confort, quedando bastante bien dimensionado para cualquier muñeca.
El tono verde arrecife de esta versión evoca las rocas que asoman por encima del agua, arrecifes atlánticos y la vibra soleada del sur de Francia. Visualmente cambia con la luz y tiene ese carácter discreto pero vivo que conecta con el vibe playero.
Por último, este reloj se puede comprar con brazalete de metal (aceptable) o con una correa de goma a juego con el dial que es una grata sorpresa: cómoda, flexible y naturalmente integrada en el diseño. No se siente rígida ni resbaladiza, y es totalmente capaz de acompañar jornadas largas en el agua o fuera sin ningún tipo de molestia.~
Conclusión, un reloj efectivo
Claramente, el Charlie Concordia Récif no va a ganar premios de relojería o mecánica, pero es probable que se convierta en uno de tus relojes preferidos del verano: por su diseño y color, por su calibre, por poder usarlo y mojarlo sin ningún tipo de miedo, y por tener una estética que permite llevarlo en cualquier ocasión.
Además la historia de la marca con Tordeur y su producción local lo convierten en una herramienta todavía más especial, que no sacrifica identidad a cambio de simplicidad.
Un reloj hecho para olvidarlo en la muñeca y dejar que el verano se encargue del resto.